sábado, 16 de março de 2013

Hijos del Sol. Somos muchos más.


Hijos del Sol. Somos muchos más.

Lagrimas de nuestra música ancestral. Nuestros pueblos todos, y sus almas por todos los cantos haciéndose sentir.

Por más, mucho más de una vida.
 
Viajantes del tiempo, traemos ya muchas cosas de antes de nuestro nacimiento.
 

Somos hijos del viento. Vientos helados y vientos ancestrales. En nosotros la fuerte herencia de nuestros abuelos.

 
Somos Los Pueblos originarios! Tenemos nombre y identidad!

 
Somos más de un pueblo, de una raza ancestral. Somos muchos y muchos, por valles, montes, ríos y llanuras.

 
Somos hijos del Sol! Toros fuertes a buscar lo que nos han tirado en los siglos idos.

 
Somos muchos más que tus ojos pueden ver. Habitamos cuerpos diversos, cargados de nosotros. Guardan, en el silencio del alma, el sagrado de nuestro pasado. Pasado de luchas y pasado de honor. No nos vendemos, com sus armas nos sacaram La vida


Sin medo a la muerte, tampoco a la vida.

 
Somos hijos de los vientos! Hijos Del Sol!

 
Llega nuestra vez y nuestra hora de vencer, por las cuerdas de un violín chanchero, un bombo, o una chacarera. Una Zamba. Zampoña. Quena. Les digo lo que escribir, entre una música y otra. Somos sus autores. Las ponen en su nombre.

 
Hijos del viento tomamos los hogares en cada pago del continente nuestro.
 

No más me llames indio. Somos Los Pueblos Originarios!
 
 
Y originarios desde Santo Domingo hacia la olvidada Patagonia. Guatemala, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Bolivia y Perú. Nos hacemos más fuertes.
 

Hijos del viento resistimos por cuatro siglos. Nos murieron generaciones, pero ahí están ellas, cantando. Nuestras tradiciones en el alma. Y las ponen en su arte, con o sin nosotros. Ya tenemos voces. Los voceros del alba de Hispanoamérica.
 

El Sol nos da protección. Y el viento lleva las semillas de nuestra cultura hacia nuevos rincones. Y ahí se ponen raíces y van hacer presentes. Somos nosotros volviendo a lo nuestros pagos.
 

Todos los cantos. Todos los pagos. Volverán a nuestras manos, donde jamás deberían tener salido.
 

Estamos vivos bajo tu piel.
 

En las calles de tu ciudad, en los jóvenes que piensan en otro lugar para vivir mejor. En tus hijos, ahí están nuestras semillas a desarrollar el árbol del nuevo tiempo. La nueva civilización con antiguos valores. Una mezcla del viejo, muy viejo, y el nuevo porvenir. El amor, una canción, manos llenas de solidaridad son las marcas de nosotros. Los dueños de todos estos pagos.


Acuérdate siempre:
Somos Hijos del Sol.

Hermanos Del viento.

 

Portal Fernandes   (Paulo Cesar Fernandes

17  03  2013

 

Mudando com o tempo.

Numa época o pensamento era único. Quem não pensava como eu, nós, nosso grupo, era inimigo.


Tempo, ventos, livros, pessoas passam por nossas vidas, não mais somos iguais. Renascemos diferentes a cada etapa, a cada período, a cada ano.


Dinâmica é a Vida, e nos empurra hacia outros horizontes, para traz ficando o velho, o inútil em cada nova etapa.

Perdemos sempre, ganhamos sempre.


É um jogo sem certezas para alegria geral, pois é a expressão mais pura dos tempos atuais. Tudo é efêmero e fugaz. Estar dentro disto é estar dentro no real mundo em que vivemos.


Renovações marcam nossas tardes e levam as verdades, compondo sinfonias substitutivas, harmonia de outra vida.


Pautas diversas sonan la vida. Não mais inimigos, adversários, junto a mim apenas gente, tão somente gente. Seu pensar
não importa apenas gente, corpo e alma. Gente, nomás!


Ávida e aberta fica la vida.


Tudo é lícito, mas pouco me convoca os sentidos. Nem tudo me serve à jornada.


Tomo o norte de meus sonhos, e faço meu o roteiro desta vida.


Pouco a pouco tudo se olvida. E passa algo novo em nossa jornada.


De pronto nos chega a alegria. Bem viver e emoção demarcando macio caminhar.


Caminho quase solitário. Sem dor. Sem rancor.


Mas com lágrimas nascentes, fruto da emoção mais cristalina: a música me traz.


Música e sensibilidade humana, o ato de acolhimento ao semelhante. Nada mais forte que a solidariedade.


Um coração aberto. Como é belo isto entre os músicos. Um palco compartilhado é como compartir a vida. Para ser bondoso e justo precisa sair de si, apagar o Ego e mantendo a individualidade aprender a compartilhar.


Poucos silêncios são tão belos como o silêncio do Ego. Lições dos músicos, a aprender nas novas etapas.


Paulo Cesar Fernandes

17  03  2013